Los criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) son una herramienta fundamental para el nuevo paradigma de las finanzas y las inversiones en las grandes empresas. Estos criterios se utilizan para evaluar la sostenibilidad y responsabilidad de una empresa en cuanto a su impacto ambiental, social y de gobierno, ayudando a inversores a tomar decisiones informadas y éticas al elegir dónde invertir su capital.
¿Qué es el ESG?
El término "ESG" se ha convertido en el enfoque integral para medir el impacto social y ambiental de una empresa en relación con el medio ambiente, la sociedad y la gobernanza. Los criterios ESG ayudan a los inversores a identificar riesgos y oportunidades en sus inversiones, así como a evaluar el potencial a largo plazo de una empresa. Por lo tanto, los criterios ESG tasan el valor de una empresa más allá de los indicadores financieros tradicionales.
Criterios ESG en detalle
El término ESG es un acrónimo de los términos en inglés: Environmental, Social y Governance. En español también se le conoce como ASG (ambientales, sociales y de gobernanza). Cada una de estas letras corresponde a los distintos factores que comprenden los criterios:
- Criterios ambientales (E): se refieren a la manera en que una empresa afecta al medio ambiente, incluyendo temas como la gestión de residuos, la contaminación, el cambio climático y la conservación de los recursos naturales. En el caso de la construcción sostenible, este es el tipo de criterio que afecta de forma más directa.
- Criterios sociales (S): se enfocan en las relaciones que una empresa mantiene con sus empleados, clientes, proveedores y la comunidad en general. Incluye factores como la diversidad y la igualdad de género, la seguridad y salud en el trabajo, los derechos humanos y la responsabilidad social corporativa o RSC.
- Criterios de gobernanza (G): se refiere a la manera en que una empresa se gestiona a sí misma, incluyendo su estructura de gobierno corporativo, su ética empresarial y su transparencia financiera.
ESG en el contexto internacional: su origen
Los criterios ESG surgieron a partir de acuerdos internacionales para mitigar el cambio climático, como el Acuerdo de París y el Pacto Verde Europeo (Green Deal).
El Acuerdo de París, firmado en 2015 por 196 países, estableció el objetivo de mantener el aumento de la temperatura global por debajo de 2°C con respecto a los niveles preindustriales y de trabajar para limitar el aumento a 1.5°C. Por su parte, el Pacto Verde, presentado en 2019, constituye el plan para conseguir que Europa sea el primer continente neutro en carbono en 2050.
Estos dos hitos generan que la UE implante planes de acción, como el Plan de Acción de Finanzas Sostenibles de la Comisión Europea. Este plan comprende las diferentes normativas que regulan los criterios ESG, de las cuales hablamos a continuación.
Reglamentos del ESG
Existen 3 normativas principales que rigen los criterios ESG: el reglamento de taxonomía, el reglamento SFDR y el reglamento CSDR, además de regulaciones específicas en cada país.
El Reglamento de Taxonomía
El Reglamento de Taxonomía (UE) 2020/852 (EU Taxonomy) establece un marco para la creación de una clasificación común de actividades sostenibles, es decir, para definir qué actividades económicas se consideran sostenibles y cuáles no lo son.
La finalidad de la taxonomía es ayudar a los inversores a identificar oportunidades de inversión sostenibles y fomentar la transición hacia una economía más sostenible. Para ello, establece objetivos medioambientales que una actividad económica debe cumplir para ser considerada sostenible.
El Reglamento SFDR
El Reglamento SFDR (UE) 2019/2088 (Sustainable finance disclosure regulation) es otra normativa clave en la regulación de los criterios ESG en la Unión Europea. En español se le conoce como Reglamento sobre Divulgación de Información sobre finanzas sostenibles y se centra en las inversiones sostenibles. Su objetivo es proporcionar transparencia a los inversores y evitar el green washing.
En concreto, establece normas armonizadas sobre la transparencia en la integración de los riesgos de sostenibilidad en los procesos financieros y en la información sobre productos financieros.
Según el reglamento, que entró en vigor el 10 de marzo de 2021, las inversiones sostenibles son aquellas que se realizan en una actividad económica que contribuya a objetivos medioambientales o sociales, siempre y cuando dichas inversiones no perjudiquen significativamente a ninguno de esos objetivos (DNSH) y las empresas beneficiarias sigan prácticas de buena gobernanza.
El Reglamento CSRD
Por último, el reglamento CSRD (UE) 2022/2464 (Corporate Sustainability Reporting Directive) promoueve la divulgación de información no financiera por parte de determinadas empresas. Esta normativa busca mejorar la transparencia y la comparabilidad de los informes de sostenibilidad corporativa, así como facilitar la integración de criterios ESG en la toma de decisiones empresariales.
El reglamento establece la forma en que se tiene que reportar e informar públicamente del cumplimiento de los criterios ESG por parte de empresas de interés público, como su impacto ambiental, las políticas sociales, el respeto a los derechos humanos, la diversidad y otros temas relevantes para la sostenibilidad.
En definitiva, los reglamentos de Taxonomía, SFDR y CSRD establecen un marco legal para aplicar los criterios ESG de forma correcta, fomentando así la inversión sostenible y responsable en la UE.
Normativas nacionales
Por otro lado, hay que tener en cuenta que algunos países de la Unión Europea han creado criterios y normativas específicos que complementan los criterios ESG.
En Alemania, por ejemplo, se ha introducido un marco regulatorio conocido como GEG, que obliga a las empresas de servicios financieros a revelar información sobre cómo integran los criterios ESG en sus decisiones de inversión.
En Francia, el Decreto Terciario (Décret tertiaire) exige que las empresas que tienen edificios con superficies mayores a 1,000 m² reduzcan su consumo de energía en un 40% para el año 2030.
En el caso de Holanda, la regulación BENG (Bijna Energie Neutrale Gebouwen) establece requisitos energéticos más estrictos para los edificios nuevos y renovados, como criterios para la eficiencia energética, el uso de energías renovables y la calidad del aire interior.
Herramientas para medir el ESG
La medición de la implementación de criterios ESG es esencial para reportar adecuadamente los avances realizados y para establecer nuevos objetivos de mejora. Existen diversas herramientas para medir el ESG en empresas y carteras de inversión, entre las cuales se encuentran:
- GRESB (Global Real Estate Sustainability Benchmark) es un ranking comparativo que evalúa criterios ESG de compañías y activos a escala mundial. Es utilizado por fondos de pensión e inversores institucionales públicos y privados como un barómetro para decidir dónde invertir. En 2022, más de 1.800 entidades en todo el mundo participaron en el ranking. Los participantes reciben un indicador comparativo o benchmark que les informa de su posición con respecto a otras compañías similares, además de una hoja de ruta para mejorar su resultado ESG en el futuro.
- La etiqueta ISR o Inversión Socialmente Responsable, creada en 2016, permite a los inversores identificar los fondos que apoyan a empresas que contribuyen a la economía sostenible a partir del cumplimento de criterios ESG.
- CRREM (Carbon Risk Real Estate Monitor) es una herramienta que define guías de descarbonización basadas en la ciencia (SBT o Science Based Targets) del sector inmobiliario. Evalúa el riesgo de los activos y las implicaciones financieras y pérdidas de valor provocadas por un mal rendimiento energético y emisiones de gases de efecto invernadero.
Importancia de implementar una estrategia ESG
La implementación de una estrategia ESG sólida y a largo plazo es fundamental para asegurar la sostenibilidad a largo plazo de una empresa y su capacidad para adaptarse a los cambios regulatorios y del mercado.
Sin una estrategia clara de ESG, las empresas corren el riesgo de sufrir el llamado “Brown Discount”, que se refiere a la disminución en el valor de los activos que no cumplen con criterios de sostenibilidad, lo que puede afectar negativamente a la capacidad para atraer inversores. Por el contrario, los edificios con un alto nivel de sostenibilidad pueden recibir una prima en su valor, lo que se conoce como "Green premium".
Para implementar una estrategia ESG sólida, es fundamental contar con datos precisos y confiables para entender el punto de partida y medir el progreso a lo largo del tiempo.
El objetivo final es lograr un informe ESG completo y transparente que muestre el compromiso de la empresa con la sostenibilidad. Esto permitirá a las empresas mostrar su compromiso con sus stakeholders, incluyendo los inversores, los clientes y la sociedad en general.
Desde Zero Consulting, como consultoría integral en sostenibilidad y eficiencia energética, realizamos todos cálculos necesarios para evaluar y justificar el cumplimiento de los requisitos de los criterios ESG, implementando una estrategia sólida y efectiva de sostenibilidad a largo plazo.