Construir casas pasivas es una tarea complicada en climas templados. Las herramientas de cálculo como el PHPP del Estandar Passivhaus pueden dar lugar a viviendas sobre-aisladas. Utilizar métodos más avanzados, que hacen múltiples simulaciones, para dar con un diseño óptimo es la alternativa más razonable.
¿Qué entendemos por una Casa Pasiva?
Las casas pasivas toman el nombre del sistema de certificación alemán de diseño de viviendas de bajo consumo llamado Passiv haus. Se trata de viviendas donde prácticamente no se utiliza la calefacción durante todo el año, aunque como veremos, en verano pueden sobrecalentarse bastante si no se diseñan adecuadamente. Toda vivienda certificada con dicho esquema debe cumplir unas exigencias muy rigurosas para conseguir un consumo energético muy bajo. Estos requisitos son los siguientes:
1. Demanda de calefacción anual Inferior a 15 kWh/m2
Se entiende por demanda, la energía térmica que debe proporcionar el sistema de calefacción durante todo el año para mantener la temperatura de confort durante el invierno. Esta energía debe ser menor de 15 kWh anuales por metro cuadrado. La superficie a considerar para este cálculo es la superficie útil acondicionada, es decir, que no se incluyen las zonas no acondicionadas como trasteros, garajes o cuartos de instalaciones.
Para tener una idea del coste de calefacción de una vivienda pasiva de 100 m2 suponiendo que el sistema de calefacción elegido sea con una bomba de calor podría estar entorno a los 90 € anuales.
Una vivienda pasiva de 100 m 2 gasta unos 90 € al año de calefacción suponiendo que el sistema de calefacción elegido sea una bomba de calor.
2. Demanda de refrigeración anual Inferior a 15 kWh/m2
Al igual que la demanda de calefacción, la demanda de refrigeración es la energía térmica necesaria para mantener la temperatura de confort durante el verano. Dicha energía, al igual que la de calefacción, no puede superar los 15 kWh por metro cuadrado al año. En climas calurosos como el nuestro, además, es recomendable estudiar detalladamente el comportamiento de la vivienda en verano, ya que si esta se sobre calienta debido a un exceso de aislamiento, va a ser muy difícil enfriarla, si no se dispone de un sistema de refrigeración.
3. Demanda de energía primaria anual inferior a 120 kWh/m2
Mientras que en los dos puntos anteriores hablábamos de demanda energética para mantener una temperatura de confort, este tercer requisito nos habla de energía primaria. La energía primaria es la energía que consume, en origen, el equipo que proporciona ese calor o frío necesarios para mantener la temperatura de confort.
Es decir, en el caso de una bomba de calor, sería la energía eléctrica consumida por el equipo, la cual hay que convertirla en energía en el origen (primaria), es decir, en el punto donde se produce, ya que la energía tiene numerosas perdidas por transporte y otras ineficiencias, por lo que la energía consumida se multiplica por unos factores para convertirla en energía primaria.
La energía primaria es la energía eléctrica consumida por toda la vivienda en el punto donde se produce dicha energía.
A la energía de la calefacción y la refrigeración mencionadas, además, hay que añadirles la energía para producir agua caliente y la que consumen los electrodomésticos y la iluminación de la vivienda que también se pasan a energía primaria. El resultado total de consumo obtenido de energía primaria anual debe ser inferior a los 120 kWh por metro cuadrado.
4. Alta Hermeticidad
Para conseguir una casa pasiva es necesario que esta tenga una buena estanqueidad. Para comprobar dicha estanqueidad es necesario realizan ensayos Blower Door que permiten medir con exactitud la cantidad de aire que entra o sale de la vivienda a una determinada presión. El estándar Passiv Haus, es muy exigente en este extremo y exige una hermeticidad inferior a 0,6 renovaciones de aire por hora a 50 Pa de presión. Para hacernos una idea 50 Pa sería la presión que se alcanzaría sobre las ventanas o paredes de la vivienda un día de vientos extremos. En los días normales, con un viento moderado, a una presión de 4 a 8 Pa las renovaciones por hora serían de tan solo 0,05 renovaciones, es decir, que el aire de la casa tardaría 20 horas en renovarse por completo. Por ello es necesario que toda vivienda pasiva disponga de un sistema de ventilación mecánica.
Con un viento moderado, el aire de una casa certificada PassivHaus, tardaría 20 horas en renovarse por completo. Por ello es necesario que toda vivienda certificada disponga de un sistema de ventilación mecánica.
¿Cómo podemos adaptarla mejor a climas templados?
Los climas templados como el nuestro se caracterizan por inviernos de severos a moderados y veranos mucho más severos y largos que en Europa del Norte. Por ello es necesario analizar desde un punto de vista de la rentabilidad si la Certificación Passiv Haus es viable.
La Comisión Europea en el reglamento244/2012 establece que el diseño de edificios de bajo consumo se realice conforme a la norma EN 15459 (Eficiencia energética de los edificios). Procedimiento de evaluación económica de los sistemas energéticos de los edificios. Dicha norma tiene en cuenta, no solo el coste de inversión, sino también los ahorros obtenidos por cada medida de eficiencia energética en un plazo de 30 años, que es el plazo que considera adecuado para tener un retorno de la inversión.
Para poder diseñar correctamente una Vivienda Pasiva es recomendable utilizar el Método del Coste Óptimo, que es el establecido por la Comisión Europea para diseñar edificios de bajo consumo.
Las medidas de mejora de la eficiencia energética (MEE) se evalúan utilizando la metodología mencionada y se escogen las más favorables teniendo en cuenta:
- El sobre-coste de inversión
- El ahorro energético a 30 años
- La expectativa de mejora de precio de la vivienda
- Los costes de mantenimiento
- Los costes de reemplazo
En conclusión, utilizando la metodología de la norma EN 15459 en climas templados, se puede mejorar el diseño de viviendas pasivas, que a igualdad de presupuesto, mejoran los resultados de la certificación Passiv Haus, tanto en términos económicos cómo energéticos.