Uno de los factores que favorece el confort dentro de un inmueble es su hermeticidad, que además permite disminuir el consumo de energía. Mediante el ensayo blower door detectamos infiltraciones de aire de modo que podamos actuar para eliminarlas.
La hermeticidad de la envolvente de un edificio influye de forma directa en el consumo energético del mismo. Cuanto más hermético es el inmueble menos consume. Este valor se tiene en cuenta de modo teórico en la certificación energética, pero rara vez se comprueba una vez el edificio se ha terminado. En este artículo veremos qué es la hermeticidad y en qué se diferencia del aislamiento térmico, cómo contribuye al ahorro de energía, los principios y materiales para una construcción hermética, así como los errores comunes a evitar.
¿Qué es la hermeticidad y cuáles son sus beneficios?
Hermeticidad proviene de la palabra hermético, es decir, que cierra perfectamente de manera que no deja pasar el aire. La hermeticidad es la «piel de la vivienda» y debe controlar la estanqueidad, evitando el paso incontrolado del aire al interior. Este concepto no debe confundirse con el de aislamiento térmico, que es la capacidad de los materiales para oponerse al paso de calor por conducción. Ambas propiedades son importantes para la envolvente del edificio, pero deben alcanzarse de forma independiente.
Lograr un buen nivel de hermeticidad en el interior de un inmueble aporta múltiples ventajas; entre otras:
- Impide la entrada de gases o partículas nocivas.
- Evita corrientes de aire.
- Evita la entrada de agua y, por tanto, patologías causadas por humedades.
- Mejora la protección frente al ruido (tanto aéreo como por vibraciones en la estructura del inmueble).
- Mejora la eficiencia energética.
¿Qué pruebas se realizan para comprobarla? Ensayos Blower Door en edificios de viviendas
El test de Blower Door es un ensayo que mide la hermeticidad de un inmueble y detecta las infiltraciones de aire. Este test de hermeticidad o estanqueidad, que se realiza conforme a la norma europea UNE-EN ISO 9972:2019, está encaminado a determinar el nivel de permeabilidad de la envolvente del edificio mediante la presurización o despresurización del mismo. Se emplea un ventilador instalado generalmente en la puerta principal o de acceso a la vivienda que mide la diferencia de presión de 50 Pascales entre el interior y el exterior. Los resultados obtenidos corresponden a las renovaciones de volumen de aire total por cada hora.
En ciertos países europeos su uso es habitual y se exige en nuevas construcciones como un test global de calidad de acabados de la construcción. En España, aunque está cada vez más extendido como una prueba de calidad de la envolvente en obra nueva así como para detectar defectos constructivos en edificios existentes, no ha sido hasta la llegada del CTE 2019 que se ha incorporado la exigencia de permeabilidad al aire de la envolvente térmica total del edificio.
No obstante, el ensayo blower door —que es el único modo de comprobar dicha permeabilidad— no es obligatorio en nuestro país siempre y cuando cumplas de manera prescriptiva (es decir, mediante cálculo) con las exigencias definidas en el apartado HE1 del CTE. Dichas exigencias son cumplir con entre 3 y 6 ren/h en función de la compacidad del edificio mediante fórmula; si no es así se deberá demostrar a través de un ensayo blower door. Esto solo aplica en edificios nuevos de uso residencial privado con una superficie útil total superior a 120 m2.
¿Qué resultados solemos encontrarnos? Normalmente, observamos que los valores que medimos cuando hacemos ensayos blower door distan mucho de los resultados teóricos. En el ensayo de este tipo que llevamos a cabo habitualmente en edificios de viviendas plurifamiliares, los valores obtenidos suelen estar por encima de los límites recomendables para una vivienda o construcción estándar, que no deberían exceder las 6 renovaciones por hora a 50 Pa.
Cuando los valores están por encima de lo esperado —tan solo una de cada seis viviendas está dentro de los límites recomendados—, se inspeccionan las viviendas en busca de infiltraciones. Para ello utilizamos la cámara termográfica y la máquina de humo y una inspección visual de las zonas ocultas: falsos techos, cajones de paso de instalaciones, conexiones a las viviendas adyacentes, etc.
Las patologías más comunes que detectamos son los cajones de persianas no motorizados (entradas por las correas y las cajas) como una de las principales patologías, junto con entradas de aire a través de:
- La junta entre fachada y marco, entre hoja y marco, y la plaquita de cierre de las ventanas.
- Los mecanismos montados sobre el cajón de instalaciones de la cocina.
- El cuadro principal eléctrico.
Claves para garantizar la estanqueidad: zonas sensibles y materiales
¿Cómo podemos trabajar para mejorar los resultados? El proceso de trabajo debe ser integral, desde proyecto básico hasta el final de obra.
- Definición de las soluciones constructivas en fase de diseño.
- Formación de la DE, DO, técnicos e instaladores.
- Elegir un espacio representativo del proyecto (Espacio Piloto) donde se desarrollen, implementen y prueben las medidas de hermeticidad. Algunas de las acciones a desarrollar en esta fase es:
- Mantener una reunión para poner a todos los agentes que intervengan en la ejecución de la envolvente en contacto: Dirección de Ejecución, la Constructora y todos los técnicos e instaladores que intervengan.
- Repasar todos los cajones de persianas.
- Colocar gomas en las manetas de las ventanas correderas.
- Validar los materiales de sellado a utilizar.
- Hacer un ensayo específico de una ventana una vez colocada para averiguar si cumple con la clase de hermeticidad indicada por el fabricante.
- Realizar una inspección del sellado de pasos de instalaciones verticales y horizontales, y encuentros entre forjado-fachada y forjado-divisoria interior previo a la instalación de falsos techos.
- Sellar las entradas de aire a través del cuadro, tapando los tubos corrugados de acometida eléctrica y telecomunicaciones hacia las viviendas
- Pruebas blower-door en el espacio piloto hasta conseguir el resultado objetivo.
- Replicar las medidas definidas en el espacio piloto al resto de espacios del edificio.
- Seguimiento de obra periódico.
- Blower-door final.
Los problemas de falta de hermeticidad debidos a una mala ejecución suelen deberse a errores cometidos durante la fase de ejecución del edificio. Hay determinadas zonas sensibles en la envolvente donde debe cuidarse esta propiedad para eliminar puentes térmicos y alcanzar un nivel de estanqueidad óptimo; estas son sobre todo:
Huecos y encuentros estructurales
El CTE 2019 (DB-HE1) habla de «cuidar los encuentros entre huecos y opacos». El aire se filtra a través de los huecos de las juntas o remates perimetrales de puertas y ventanas exteriores, así como por los encuentros entre elementos constructivos del edificio, tales como fachadas, forjados y cerramientos , perjudicando su rendimiento energético.
Asimismo, son zonas críticas a la entrada de aire en la vivienda, las cajas de persianas y las puertas de los ascensores. Estos elementos requieren un especial cuidado al realizar el sellado entre materiales para garantizar la continuidad de la envolvente térmica.
Cajas de persianas desajustadas
Tuberías, cables y cajas de instalaciones
Las canalizaciones que atraviesan la envolvente térmica: pasos de instalaciones a través del cerramiento y conductos de ventilación, salida de humos y saneamiento. Debemos asegurarnos de que queden bien sellados para evitar corrientes de aire interiores y garantizar así la hermeticidad del inmueble.
Falta sellado de instalaciones
También deben aislarse para asegurar la estanqueidad las cajas eléctricas, los patinillos (conductos verticales con cables y tuberías a través de las distintas plantas del edificio) y las cámaras que albergan instalaciones.
¿Qué productos usar?
En el mercado podemos encontrar diferentes productos que mejoran la hermeticidad al aire en estas zonas sensibles. Productos que suelen utilizarse en construcciones de alta eficiencia energética, como son casas pasivas, bajo el estándar Passivhaus, y edificios de consumo casi nulo. Algunas de estas soluciones comprenden:
- Cintas de espuma expansiva: proporcionan un sellado resistente con un alto grado de hermeticidad tanto al aire —evitando infiltraciones en juntas y encuentros entre el cerramiento y las carpinterías en la fachada— como al agua. Además, reducen la entrada de ruido exterior.
- Espumas elásticas y de expansión controlada: se aplican mediante pistola y crean barreras estancas al aire en superficies de la envolvente térmica, otorgando un gran nivel de estanqueidad.
- Membranas líquidas impermeabilizantes: una vez se han secado, estas pastas polímeras aplicadas con brocha o máquina de pulverizado forman membranas flexibles que mejoran la hermeticidad en el sellado de las conexiones entre elementos constructivos.
Es necesario trabajar ya desde la fase de diseño con propuestas de detalles constructivos específicos que planteen soluciones para mejorar la hermeticidad. Estas soluciones, además, se deben valorar para evitar luego sobrecostes a la hora aplicarlas en la obra. También es necesario formar a los técnicos de la obra para que las apliquen y supervisen su aplicación de manera correcta. Si esta parte se ejecuta correctamente, es seguro que después se obtendrá un buen resultado cuando se haga la prueba del blower door.