La ecología representa uno de los pilares principales de la construcción sostenible, favoreciendo la protección de entornos y sistemas biológicos. La integración de espacios verdes y la cuidadosa selección de plantas a la hora de construir no solo mejoran la calidad de vida de quienes habitan en edificios y ciudades, sino que también tienen un impacto positivo en el medio ambiente. Sin embargo, es esencial tener en cuenta qué plantas o especies son las más adecuadas a nivel general, pero también a nivel de cada proyecto.
La ecología en las certificaciones sostenibles
La ecología es una de las ramas que son evaluadas en las principales certificaciones sostenibles, como BREEAM o LEED. Ambas certificaciones incluyen categorías íntegras dedicadas al cuidado del suelo y el ecosistema:
- Uso del Suelo y Ecología en BREEAM
- Sustainable Sites en LEED
Estas categorías contemplan diversos créditos, incluyendo créditos que premian la plantación de especies autóctonas en los emplazamientos o espacios verdes de los edificios. Este tipo de plantas tienen menos necesidades a la hora de ser regadas, por lo que son la mejor opción para preservar la biodiversidad local y reducir el consumo hídrico.
Además de la elección de especies autóctonas, se pueden implementar otras estrategias sostenibles, como la instalación de depósitos de recolección de aguas pluviales. Estas aguas pueden ser utilizadas para riego o para usos no potables, como la descarga de inodoros, contribuyendo así a la reducción del uso de agua.
Otras certificaciones sostenibles, como WELL, también reconocen la importancia de las plantas y la vegetación en los edificios. WELL, enfocada en garantizar el confort y bienestar de los ocupantes, incluye el uso de elementos naturales debido a sus beneficios psicológicos, como se refleja en el crédito "Nature and Place" (M02).
Plantas autóctonas en España
España es un país rico en biodiversidad, pero a la par muy afectado por largas temporadas de sequía y lluvias cada vez menos recurrentes. Por esta razón, las plantas autóctonas han tenido que adaptarse a la escasez de agua. Esta característica convierte a las plantas autóctonas en la mejor opción a la hora de diseñar espacios verdes en construcciones y ciudades sostenibles.
Además de su capacidad para sobrevivir en condiciones de aridez, las plantas autóctonas ofrecen una serie de beneficios medioambientales, como la generación de oxígeno y la creación de hábitats para la fauna silvestre. Asimismo, su inclusión en entornos urbanos conlleva ventajas sociales y económicas, como la mitigación de la escorrentía de aguas pluviales y la promoción del bienestar psicológico a través de la conexión con la naturaleza.
Aunque el catálogo de especies autóctonas en España abarca más de 7.000 variedades, algunas destacan por su frecuente utilización en proyectos de construcción sostenible:
Pistacia lentiscus
- Esta especie, conocida como lentisco, perteneciente a la familia Anacardiaceae, se erige como una opción ideal para la creación de barreras vegetales, gracias a su altura de 1 a 5 metros y su follaje perenne.
- Muestra una notable resistencia a las heladas y una capacidad de adaptación a diversos tipos de suelos, incluidos los calizos y salinos, siendo frecuente su presencia en zonas costeras.
- Sus bayas, conocidas como lentiscos, son comestibles y se han utilizado tradicionalmente en la elaboración de productos alimenticios y medicinales.
Phyla nodiflora
- Destaca por su capacidad para formar densas alfombras vegetales, lo que la hace ideal para cubrir suelos y controlar la erosión.
- Su resistencia a la sequía y su capacidad para crecer en una amplia gama de suelos la convierten en una opción versátil para proyectos de paisajismo sostenible.
- También atrae a polinizadores como abejas y mariposas, lo que contribuye a la biodiversidad local.
Euphorbia rigida
- Esta especie pertenece a la familia Euphorbiaceae y es conocida por su resistencia a condiciones ambientales adversas, como la salinidad del suelo.
- Se trata de una planta suculenta, lo que significa que almacena agua en sus tejidos para sobrevivir en ambientes áridos.
- Sus flores son de color amarillo verdoso y se producen en racimos terminales, lo que le ofrece un valor estético en proyectos paisajísticos.
Ampelodesmos mauritanica
- Conocido comúnmente como carrizo, este miembro de la familia Poaceae es originario de la región del Mediterráneo.
- Forma densas matas de tallos rígidos, alcanzando alturas de hasta dos metros.
- Sus raíces profundas ayudan a prevenir la erosión del suelo y estabilizar taludes y laderas, convirtiéndolo en una opción ideal para la restauración de terrenos degradados.
Salvia rosmarinus
- Popularmente conocido como romero, este arbusto perenne destaca por su follaje siempre verde y sus flores de tonalidades blancas, rosas, púrpuras o azules.
- El romero es una planta aromática y medicinal ampliamente utilizada en la cocina mediterránea y en la medicina tradicional.
- Sus hojas aromáticas contienen compuestos volátiles que se utilizan como condimento en una variedad de platos, así como en la preparación de infusiones y aceites esenciales.
El proyecto ANTHOS: flora ibérica
El programa ANTHOS constituye un referente en cuanto a la clasificación de plantas autóctonas en España, determinando aquellas plantas de baja necesidad hídrica entre muchas otras características. Este proyecto, desarrollado por el Real Jardín Botánico, constituye una invaluable base de datos tanto para la comunidad científica en diversos ámbitos de investigación como para el público en general.
El núcleo central del proyecto ANTHOS es la iniciativa denominada "Flora Ibérica", compuesta por 21 volúmenes que abarcan la flora vascular de la península ibérica y las islas Baleares, así como la flora macaronésica de Canarias. En su plataforma web, se recopilan más de 1,7 millones de registros corológicos relativos a las plantas autóctonas, integrando esta información con datos cartográficos y mapas de referencia.
El programa ANTHOS proporciona una amplia gama de información detallada sobre cada especie, incluyendo su nombre científico y sinónimos, distribución geográfica, fotografías y dibujos, datos citológicos como el número de cromosomas, así como su estado de conservación y disponibilidad en bancos de germoplasma.
En conclusión, desde su capacidad para adaptarse a las condiciones climáticas locales hasta su contribución a la conservación del agua y la promoción de la biodiversidad, las plantas autóctonas ofrecen una serie de beneficios que respaldan la construcción de comunidades más sostenibles y resistentes. Al mismo tiempo, el acceso a recursos como el proyecto ANTHOS facilita la identificación y selección de especies adecuadas para cada entorno, respaldando así la planificación y ejecución de proyectos de paisajismo y diseño urbano con un enfoque basado en la conservación y la biodiversidad.