La ‘E’ en ESG: 5 buenas prácticas de gestión ambiental corporativa

El ESG se ha convertido en un elemento clave para la evaluación y la toma de decisiones en el mundo empresarial. Estos criterios determinan cómo una empresa debe actuar en relación al medio ambiente, la sociedad y la buena gobernanza. En este artículo, nos centraremos en la "E", es decir, la parte ambiental del ESG, y su relevancia en el sector de la construcción y los edificios sostenibles.

Aspectos ambientales en ESG

El aspecto ambiental en los criterios ESG se refiere a cómo una empresa u organización aborda los desafíos relacionados con el medio ambiente. Esto incluye cuestiones como la gestión de la huella de carbono, la conservación de recursos naturales, la eficiencia energética y la adopción de prácticas sostenibles en toda la cadena de valor de la empresa.

Los criterios ESG están adoptando una importancia crucial en el paradigma corporativo, ya que definen una serie de requisitos que las empresas deben cumplir para adaptarse al momento ambiental, social y económico actual.

En el caso del sector de la construcción, es esencial que las empresas adapten sus prácticas para cumplir con estos criterios. En Zero Consulting, ofrecemos nuestra experiencia en construcción sostenible para ayudar a las promotoras y agentes del sector a enfocar sus actividades hacia la sostenibilidad a partir de edificios que sean respetuosos con el medio ambiente y que cumplan con los estándares ESG.

1. Establecimiento de objetivos ambientales cuantificados

El primer paso que debe dar cualquier empresa, independientemente de su sector, es establecer objetivos cuantificables junto con sus indicadores correspondientes. En otras palabras: para mejorar, es esencial contar con datos fiables y una visión precisa de nuestra situación actual. Sin conocer nuestro impacto ambiental actual de manera objetiva, no podremos mejorar de manera efectiva.

El indicador principal cuando hablamos de sostenibilidad son las emisiones de CO2. Para conseguir un número preciso de las emisiones que está generando nuestra empresa, deberemos llevar a cabo un ACV, aspecto que desarrollamos a la segunda buena práctica que destacamos en este artículo.

Algunos ejemplos de objetivos ambientales que se podrían plantear empresas del sector de la construcción en materia de gestión ambiental son: 

  • Reducir en un 10% su huella de carbono total de un año para otro
  • Reciclar un 85% de los residuos en obra
  • Lograr que un 90% de la energía de un edificio provenga de fuentes renovables

2. Medición de la huella de carbono

La huella de carbono corresponde al conjunto de emisiones de carbono que genera una actividad o empresa. Como hemos mencionado anteriormente, se trata del indicador más importante cuando hablamos de sostenibilidad en una empresa.

La forma de obtener datos precisos sobre las emisiones de carbono es a través de un Análisis del Ciclo de Vida (ACV). Se trata de una metodología que mide el impacto ambiental de un producto, proceso o sistema a lo largo de todo su ciclo de vida.

Medir nuestra huella de carbono corporativa es imprescindible en materia de sostenibilidad cuando hablamos de la E de los criterios ESG, ya que definirá un punto de partida desde el cual mejorar.

Carbono embebido y operacional_4

Balance de carbono operativo y operacional de una cartera inmobiliaria

3. Energía renovable y eficiencia energética

La adopción de fuentes de energía renovable y la mejora de la eficiencia energética son pilares fundamentales de una gestión ambiental corporativa sólida. Las empresas pueden reducir su huella de carbono y disminuir su dependencia de los combustibles fósiles al invertir en energía fotovoltaica, eólica u otras fuentes de energía renovable.

Además, la implementación de medidas de eficiencia energética, como la actualización de equipos y sistemas de iluminación o la optimización de la gestión de la energía en las instalaciones permite reducir costos operativos y minimizar el impacto ambiental.

El objetivo final consiste en construir edificios prácticamente autosuficientes o de consumo de energía casi nulo, también conocidos como edificios nZEB

 

Paneles solares

4. Impulso de la economía circular

En el contexto de la construcción sostenible, la economía circular es un pilar fundamental que transforma la forma en que diseñamos y ejecutamos proyectos de construcción. Las empresas y proyectos de construcción pueden adoptar este enfoque al utilizar materiales reciclados y reciclables, reducir el desperdicio de construcción y demolición, y promover la reutilización de estructuras existentes siempre que sea posible, es decir, apostar por la renovación antes que nueva construcción.

Esta perspectiva, aplicada desde las etapas iniciales del proceso de construcción, no solo reduce el impacto ambiental, sino que también conlleva beneficios económicos al optimizar recursos y minimizar costos.

5. Conservación de la biodiversidad

La conservación de la biodiversidad es otra de las buenas prácticas para tener en cuenta a la hora de elaborar la parte ambiental de los criterios ESG. En este caso, podemos destacar que cobra una importancia destacada en certificaciones sostenibles como LEED o BREEAM, que evalúan rigurosamente el impacto ambiental de los proyectos de construcción.

Estas certificaciones reconocen los esfuerzos en la protección y promoción de la biodiversidad local. Las empresas deben considerar cuidadosamente la conservación de la biodiversidad en su planificación y ejecución. Esto implica la identificación de áreas de alto valor ecológico en el sitio de construcción y la implementación de estrategias para minimizar el impacto en estos ecosistemas delicados.

 

En definitiva, aplicar una perspectiva sostenible a cualquier empresa puede no significar una tarea difícil si se cuenta con la experiencia y conocimiento necesario. Estas han sido solo algunas de las buenas prácticas que podemos aplicar para llevar a cabo una gestión ambiental sostenible en una empresa del sector de la construcción. La sostenibilidad ya no es un objetivo inalcanzable; se ha convertido en una realidad viable gracias a la visión y las acciones concretas de aquellas empresas que apuestan por la construcción sostenible y los criterios ESG.

 

 

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